En el Gobierno prevalece esta semana la moderación y el respeto sobre la figura del Papa Francisco. Si bien hasta hace pocas semanas los alfiles libertarios respaldaban aquellos dichos de Javier Milei en torno a que Jorge Bergoglio era “el maligno en la Tierra” y “el imbécil que está en Roma”, la narrativa cambió abruptamente tras conocerse el fallecimiento del Sumo Pontífice. Se bajó la orden de destacarlo como “el argentino más importante de la historia”.
El Presidente optó por el pragmatismo y dejar atrás sus diferencias con el Papa, incluso en épocas en las cuales llegaban duras críticas a su gestión por parte de algunos allegados a Francisco. Puertas adentro, el líder libertario consideró que no era rentable medir fuerzas con la Santa Sede y apostó por una relación protocolar, pero en buenos términos, mediante el rol de la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, quienes buscaron reducir la grieta entre ambos.
Lejos de la acotada comitiva que se indicó ayer, Milei viajará al Vaticano con el mayor número de funcionarios desde que es jefe de Estado. Lo acompañarán la secretaria General de la Presidencia, Karina Milei; el vocero presidencial y candidato, Manuel Adorni;la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich; su par de Capital Humano, Sandra Pettovello; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos y el canciller Gerardo Werthein. A su vez, el secretario de Culto, Nahuel Sotelo, viajará antes que el resto del Ejecutivo.
En los pasillos de Balcarce 50, los funcionarios consultados por MDZ evitan referirse a quién sería el mejor candidato para suceder a Francisco. Consideran que el Gobierno no debe entrometerse en esta decisión, a pesar que varios líderes globales, como Donald Trump, mueven influencias.
“Javier Milei no se va a pronunciar, no le corresponde. Evitará polemizar”, señaló una fuente oficial, quien agregó: “De todas formas, está claro que Francisco dejó todo armado para que elijan a alguien que siga su perfil”.
Fuente: MDZ
