“Un reciente artículo publicado por La Hoja de Sevilla analiza con precisión quirúrgica el perfil sociopolítico del militante joven de La Libertad Avanza, ese fenómeno que desconcierta incluso a los propios argentinos.”
Según el artículo, “se trata en su mayoría de jóvenes de clases bajas, con escasa formación académica y una desconexión casi total del mundo laboral”. “Crecieron en un ecosistema virtual —entre videojuegos, foros y redes sociales— donde la realidad se diluye entre memes, gritos y consignas vacías.”
Su “léxico político” es limitado: palabras como ‘kukas’, ‘león’, ‘tira piedras’ reemplazan cualquier análisis profundo. “No razonan en términos de clases, historia o derechos; razonan en hashtags”, señala la nota.
“Creen que votan por su libertad, pero en realidad lo hacen contra su propio futuro.” Influenciados por youtubers, algoritmos y discursos de odio, “han sido moldeados por una maquinaria digital que los hace sentirse héroes de una cruzada imaginaria”.
El texto advierte: “Son los nuevos fanáticos del mercado, los que votan contra sus padres jubilados y contra su propio plato de comida, convencidos de que algún día cobrarán en dólares y vivirán en un videojuego neoliberal sin fin.”
