4 noviembre, 2025 6:40 pm
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Tony Villavicencio

A lo largo de nuestras vidas, nos encontraremos con personas soberbias y cuanto más aprendamos a conocer a este tipo de personas nos va permitir a convivir mejor y prevenirnos de evitar en sociedad otorgar la conducción en democracia una persona soberbia.

En el terreno de la política, identificar a las personas soberbias es clave para no caer en las redes de una persona autoritaria y para reconocer los síntomas. Son aquellos comportamientos “nadie más que yo. Sólo yo. Siempre yo” y niega y desconoce los derechos, las necesidadesy los méritos del otro.

Tenemos el más claro mal ejemplo: el presidente Javier Gregorio Milei, es una persona sabia en economía, pero el ego de su soberbia no le permite admitir al que opina o piensa distinto. No acepta la opinión del otro, si lo corrigen cuando es evidente que se equivocó, no tiene la humildad de reconocer que, como todo ser humano, tiene limitaciones y nunca reconoce responsabilidad, la culpa siempre la tiene el otro. La persona soberbia se autoconvence de que es perfecto y los demás mediocres.

Los argentinos, por haberle otorgado a la soberbia el liderazgo de conducir la Nación, estamos viviendo en una democracia conducida y administrada por un gobierno autoritario. El autoritarismo es propio de la soberbia, para Milei, sus derechos están por encima de los derechos que otorga al ciudadano la Constitución Nacional y manda a moler a palos a los que protestan y reclaman por sus derechos.

Milei se destaca por su soberbia, una figura según el reconocido psiquiatra Enrique Rojas, se caracteriza por una especie de “ceguera psicológica”. La soberbia impide a la persona ver con claridad sus límites y sus defectos, mientras que solo es capaz de resaltar sus logros y cualidades, negando por completo los derechos a los jubilados de manifestarse.

El soberbio vive encerrado en sí mismo, con una percepción distorsionada de la realidad. Para Milei, los defectos propios simplemente no existen o se minimizan, mientras que las virtudes se magnifican. Él mismo se promociona que es el mejor economista del mundo, como aquel candidato que se ofrece al pueblo porque es el mejor.

Según psicólogos, esta incapacidad para autoevaluarse con objetividad hace que el soberbio se aleje de los demás, dificultando enormemente cualquier tipo de relación interpersonal. No dirige su mirada hacia sí mismo ni hacia los otros, ya que está completamente centrado en su propio ego. El nadie más que él es el único que puede.

Identificar la soberbia en uno mismo o en los demás puede ser clave para comprender mejor las dinámicas personales y relacionales. Pero, ¿cuáles son las principales características de estas personas según el psicólogo Enrique Rojas?

Una de las principales señales de soberbia es el aire de autosuficiencia que transmiten estas personas. Su actitud refleja que no necesitan a los demás, y se bastan por completo a sí mismas. Este engreimiento, según Rojas, se traduce en un gesto altanero y una disposición constante a demostrar que no dependen de nadie. Critican y subestiman y hasta putean con delirio de grandeza. Trasmitiendo que es único y que nadie puede ni tiene su capacidad para resolver los problemas y las necesidades del otro.

Otra característica frecuente es una susceptibilidad casi enfermiza. Los soberbios tienen una gran dificultad para pasar desapercibidos y una constante necesidad de protagonismo. Quieren ser el centro de la escena, hablar siempre de sí mismos, mostrando un profundo desprecio por cualquier persona cercana que se destaque o sobresalga en algún aspecto y más aun cuando ellos quieren ocupar el lugar porque son mejores y aspiran llegar al poder como el chancho al maíz.

DIOS SALVE AL PUEBLO DEL EGO Y DE LA SOBERBIA