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Se va diciembre, llegará enero y con el nuevo año, las fiestas tradicionales muestran en los escenarios la exaltación de la música, el canto y la danza reviviendo y mostrando con el folclore paisajes de costumbres y tradiciones de una cultura de argentinidad que llega desde el pasado cargados de nostalgias y vida.
La danza, en el movimiento muestra tradiciones centenarias que pasan de unas generaciones a otras y que son sin duda un elemento fundamental de la identidad cultural de todos y cada uno de los pueblos, pero en Quimilí vemos como la política mezcla de autoritarismo, pero tal vez por ignorancia niega reconocer el trabajo de quienes por amor practican, enseñan, educan y promueven desde la cultura, una forma de vida.
Creo necesario recordarle al cuerpo de concejales de Quimilí que el Centro Cultural Tierra Mía, fundado por la profesora Yicela Villavicencio, el programa de estudios del área de folclore pertenece exclusivamente al Centro Cultural, ideado por su fundadora y aunque no recibió el reconocimiento del Concejo Deliberante de la ciudad de Quimilí, pero sí cuenta con el aval y reconocimiento del Consejo Internacional de la Danza (CID Unesco) y está certificado por dos de las profesionales más formadas en folclore y educación del interior santiagueño.
Es un programa integral donde los alumnos salen con una visión clara del valor de las danzas, la identidad cultural, la gestión y la preservación del patrimonio ancestral y trasmite la identidad cultural desde un conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elementos dentro de un grupo social y que actúan para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia.

Sí… un sentido de pertenencia que perdura en el ideario colectivo y aunque pase el tiempo, que pasa siempre, permanece en el recuerdo, aún no viviendo en el municipio de Quimilí ¿Por qué es importante desde las instituciones del municipalismo, apoyar y reconocer el trabajo sobre la identidad cultural del pueblo al que estando lejos, siempre has pertenecido?
El Concejo Deliberante, la más genuina representatividad política de la sociedad quimilense, debería ser la institución pública más cuidadosa de preservar las costumbres y tradiciones en un mundo cada vez más globalizado, donde internet y la forma de interactuar a través de las redes sociales han abierto el campo del conocimiento y ha permitido conocer nuevas culturas que sin duda han enriquecido tanto socialmente como culturalmente la sociedad.
Por eso entendemos que es de vital importancia que desde la Municipalidad de Quimilí, el Concejo Deliberante deje de lado los intereses personales, y se despojen de los intereses mezquinos y a veces hasta perversos de la política.

No pueden los concejales desconocer las manifestaciones de la cultura, que nos devuelve a nuestra verdadera esencia, nuestro sentido de ser, nuestro origen, nuestra historia, nuestro sentido de pertenencia y con ello nuestros valores.
La pérdida de identidad de un pueblo incide directamente con la falta de arraigo y por tanto con el abandono de los pueblos donde se nace y se crece, donde compartimos los primeros años de vida donde la familia, los amigos y el tiempo de ocio fueron clave fundamental en lo que somos como personas. Valores y modos de conducta que se conformaron en esos primeros años de vida y que nos acompañarán a lo largo de nuestra vida.
Es más que doloroso, sino triste que una organización de la cultura, internacional como la CID Unesco reconozca la labor de una institución privada al servicio de la cultura del pueblo y el Concejo Deliberante de Quimilí –al que pertenece– niegue reconocimiento a esa misma institución privada y entonces la pregunta. ¿Odio, discriminación política o ignorancia? Dios salve de las miserias políticas a la querida y próspera ciudad de Quimilí.