5 noviembre, 2025 9:17 am
rancho-pobreza
Tony Villavicencio

Pasó un año del gobierno del presidente Javier Gregorio Milikoski (a) Milei y no implementó una sola política de Estado, en beneficiar al pueblo argentino. Todas las medidas de su gestión de gobierno estuvieron dirigidas a desmantelar organismos públicos, generar desocupación, quitar derechos y beneficios promoviendo un cruel ajuste económico empobreciendo y desprotegiendo a la clase media argentina.

Despidieron a 150.000 trabajadores de la administración pública nacional, sembrando hambre, pobreza y miseria en los hogares de los cesanteados. Los jubilados llevan el peso de un ajuste con un sueldo mensual 10 veces inferior al costo de vida, expulsando el gobierno libertario a este sector de la clase pasiva argentina, sin piedad, indigencia.

Recordemos, Milei no sólo anticipó que venía a cumplir la misión del topo, a destruir el Estado, sino que lo está cumpliendo y nos están destruyendo, coimeando voluntades en la Cámara de Diputados y Senadores para alcanzar facultades extraordinarias.

El Congreso de la Nación se transformó en mercado persa, donde a cambio de la vil moneda y espacios de poder, hay legisladores que venden su vergüenza, no solo negocian el voto, sino la honorabilidad del Parlamento argentino.

Los libertarios, en su desenfreno ideológico y el alucinado profeta que nos gobierna, avanzan en la destrucción del Estado, justificando esta conducta, recurriendo a las elucubraciones de algunos economistas que jamás fueron seriamente tomados en cuenta por gobierno alguno son operadores de las principales empresas para quienes los subsidios estatales, las exenciones impositivas y las compras de un vigoroso sector público son la garantía de las súper-ganancias de sus corporaciones y de sus fenomenales remuneraciones que se miden en decenas y hasta centenares de millones de dólares por año.

Milei es el más digno representante de los capitales salvajes y hoy implantó un brutal experimento económico en que se encuentra inmersa la Argentina, no sólo está empobreciendo aceleradamente al grueso de la población (aunque las amañadas cifras oficiales propias de  los fulleros de la política pretendan hacernos creer lo contrario), sino que también está obligando a muchas empresas a cerrar sus puertas, no sólo las más chicas, las Pymes sino también desplomando al sector agrícola-ganadero y  el nivel de actividad en los sectores más intensivos de mano de obra, como la construcción y la obra pública por ejemplo.

Por eso las multinacionales sonríen condescendientes cuando escuchan a Milei decir que va a destruir al Estado, ese que precisamente les garantiza los réditos extraordinarios de sus empresas y los fabulosos salarios con que son remunerados sus directivos. El extremo ideologismo del funcionariado mileísta es un dato novedoso en un país tan patrocinado las exageraciones como la Argentina.

“Soy el topo que destruye al Estado desde dentro”, es una de las frases del presidente que los manuales de historia económica incorporarán en su listado de las mayores aberraciones jamás enunciadas por un economista y a la vez jefe de Estado. Nos avisó que venía a destruir a los argentinos y fue en una entrevista concedida al sitio de noticias estadounidense The Free Press, donde Milei abundó en detalles y nace la pregunta ¿Los argentinos lo votaron para que los destruya?

Recordemos lo textual de Milei: “Asumí como presidente y es como estar infiltrado en las filas enemigas y la reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado. y yo odio tanto al Estado que estoy dispuesto a soportar todo este tipo de mentiras, calumnias, injurias, tanto sobre mi persona como mis seres más queridos, que son mi hermana y mis perros y mis padres con tal de destruir al Estado”. Frase inquietante, porque revela que lo que establece la política económica de este país no es una serena evaluación racional de las condiciones en que se desenvuelve la economía argentina sino un trauma psicológico del ocasional ocupante de la Casa Rosada: su visceral odio al Estado y el Estado somos nosotros, los argentinos. Incluidos los santiagueños de Monte Quemado.

Fernando Boggeti un empresario del sector forestal de Monte Quemado, siempre repite que “ni Margaret Thatcher, ni Ronald Reagan llegaron a decir algo siquiera superficialmente semejante a lo del plan del topo que anunciaba Milei” y recordaba que ambos en su país eran políticos conservadores y se tomaban en serio la función de gobernar y sabían que el Estado era un instrumento esencial para apoyar a las empresas privadas, para promover el crecimiento económico y garantizar la estabilidad del orden social. “Milei, en cambio, es un ‘iluminado’ que busca revivir un mundo que nunca existió: un capitalismo de mercados libérrimos y sin Estados que interfiriesen con sus regulaciones y disposiciones legales y lo que aspira Milei es concentrar la riqueza del país en pocas manos”.

En esta etapa y como de economía solo se sumar restar multiplicar y dividir. Le consulté a un amigo de la infancia, el licenciado en Economía Carlos “Cacho” Morales, con respecto a la teoría del plan económico que implementa el presidente de los argentinos.

En su respuesta fue directo diciendo que “tal teoría sólo existe en la imaginación del Presidente y también en la de alguno de sus prosélitos. La ignorancia que exhiben en este asunto es asombrosa. Alguien de su entorno debería recordarle al presidente que el gasto público en relación al PIB en los países del G7 oscila entre el 42 % (Japón) y el 58 % (Francia). En uno de los países más pobres de África, este guarismo es 23 % y en Burundi y Sudán del Sur la cifra es aún menor. Hacia allá nos conducen las políticas de Milei, no hacia aquellos paraísos a los que llegaríamos luego de trajinar por el tenebroso ‘valle de la transición’ durante 35 o 40 años. Esta película, recordémoslo, ya la vimos durante el menemismo y sabemos cómo terminó”.

Agregó Morales: “Pero no es esa –la del topo– y no es la única frase que expresa la barbarie intelectual y política del actual elenco gobernante. El cruzado de la desregulación, Federico Sturzenegger, acuñó otra para la historia de los disparates cuando dijo que “para cada necesidad habrá un mercado.” Frase insanablemente errónea a la luz de la historia económica mundial y que sin embargo Milei calificó de “genial.”

Además Morales resaltó que “el enunciado de los libertarios revela una inmoralidad imperdonable al convertir a las necesidades humanas –salud, educación, abrigo, bienestar– en mercancías que se deben transar en un mercado. Si Sturzenegger tuviera razón ¿por qué en esta cruel Argentina anarco–capitalista no se constituyó un mercado para proveer de medicamentos oncológicos a las decenas de personas que fallecieron por esa causa? ¿Y por qué si el gobierno redujo drásticamente la distribución de medicamentos gratuitos los laboratorios farmacéuticos lejos de competir en el mercado se confabulan para aumentar sus precios?, como Adam Smith ya lo advirtiera en La Riqueza de las Naciones?”, concluyó.

Lo cierto y concreto es que el gobierno de Javier Gregorio Milikoski (alias) Milei hambrea y empobrece a la clase media argentina, implementando un plan económico para generar superávit fiscal. Es decir, que se recaude más de lo que se gastó.

Poco después, el prestigioso Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) dio a conocer una cifra que dejó helados a muchos: estimó que la pobreza en enero superó el 57%, el peor índice desde la crisis de 2001/2.

Las consecuencias sociales del ajuste son graves, en los hogares de los jubilados reina el hambre, la pobreza, les quitaron la limosna de los remedios sobreviviendo los de la mínima con sueldos 10 veces inferior al costo de vida que los devuelve a la indigencia y el salario de la clase trabajadora el más bajo de todos los países de latino América. Incluido Venezuela.

A pesar de lo mal que la economía afecta a la gran mayoría de los argentinos en nombre de la desaceleración inflacionaria, el 2025 arranca con nuevos aumentos de precios que pondrán más presión al bolsillo. Los servicios públicos, los combustibles, los alquileres y las prepagas son algunos de los rubros donde se comenzarán viendo incrementos en los próximos días.

Las grandes empresas, incluidas las multinacionales, continúan acumulando cada vez más y más riqueza a costas de mano de obra barata y de servicios caros, la conculcación de los derechos laborales culpa también de algunos sindicalistas sin escrúpulos, por otro lado, las deslocalizaciones de sus empresas, la evasión y la exclusión fiscales, utilizando los llamados paraísos fiscales a lo largo y ancho del planeta.

En definitiva, el gobierno de Miley enriquece a unos pocos y destruye al Estado condenando al hambre y la pobreza a las grandes mayorías de la población argentina.

Dios libera la patria de los fulleros.