
En un cuadro de un campo distante a cinco kilómetros de la ciudad de Nueva Esperanza, en el departamento Pellegrini, junto a una ruta enripiada, en zona rural, hallaron un matadero clandestino con restos de animales en descomposición y carne podrida.
Lo concreto es que los que pasaban por la ruta, percibían un asqueroso olor que emanaba de un predio ubicado a no más de cinco kilómetros en una zona rural, por lo que anoticiado el intendente de la ciudad de Nueva Esperanza, Arnaldo Beto Cazazola, denunció en la Comisaría Seccional de Nueva Esperanza.
Las autoridades policiales, tras realizar una exhaustiva investigación, descubrieron que había un matadero operando a cinco kilómetros de la ciudad, donde se faenaba en condiciones deplorables e insalubres, animales yeguarizos y mulares.
Con orden de la justicia el lugar, fue allanado por la tarde y se procedió a secuestrar restos de animales mulares y yeguarizos faenados en el lugar y diversos elementos en el marco de un caso que ya pasó a la esfera judicial.

Tras contar con varias pruebas y documentación, la fiscal Norma Matach le solicitó una serie de medidas al juez de Control y Garantías Gastón Merino, quien dio luz verde al pedido. El personal policial de Brigada, Criminalística y Policía Ambiental allanó el inmueble ubicado a metros de una ruta enripiada que une la ciudad con Pozo Betbeder y lo que hallaron allí fue aterrador.
Los uniformados responsables del procedimiento, irrumpieron y encontraron un cementerio de yeguarizos y mulares: todos ellos habían sido descuartizados de manera ilegal y, de hecho, todavía había un mamífero vivo de pie. Los esqueletos estaban esparcidos en el terreno y, hasta el momento, no lograron identificar al propietario del escabroso sitio que sería un fuerte matarife de la provincia de Tucumán.

Los efectivos indicaron que los animales habrían sido sometidos a maltratos y que, en el transcurso de la semana, faenaron a más de dos animales y que los restos encontrados son una docena de caballos y mulas y que las faenas se habrían iniciado hace menos de diez o quince días.
En principio, se conjeturo que con la carne de estos animales podrían haber sido abastecidas carnicerías de la ciudad de Nueva Esperanza. Pero nada de esto aún se podido confirmar. En tanto, anoche al cierre de la presente edición, corría la versión que la carne de los animales mulares y yeguarizos habría tenido destino una unidad carcelaria de la vecina provincia de Tucumán.